En las últimas décadas hemos sido testigos de una gran globalización económica y cultural provocada por el desarrollo de las tecnologías de la información y el transporte.
Sin embargo, este proceso ha tenido grandes repercusiones en muchos aspectos de la vida cotidiana de los individuos en las sociedad, fundamentalmente tanto en la “forma supuesta” en la que conceptualizan el mundo como en la forma en que estos individuos visualizan su curso
de vida a futuro.
El sociólogo Zygmunt Bauman estableció el concepto de “modernidad liquida” para resumir restas profundas transformaciones que tuvieron lugar en los últimos treinta años, en los cuales pasamos de una modernidad sólida a una modernidad liquida donde las instituciones, organizaciones y sistemas de creencias no tienen tiempo para solidificarse. (Bauman, Z. 2003).
La intención de este artículo es poner sobre la mesa una de las consecuencias de la modernidad liquida, es decir, que los personas ahora deben enfrentar con mayor frecuencia problemas profesionales y personales que difieren de los que enfrentaron individuos en el contexto de una sociedad con constructos más sólidos y no tan flexibles.
Lo que solían ser problemas de desarrollo profesional ahora se transforman en preguntas sobre los caminos laborales que las personas necesitan construir e integrarse en vida que sean significativas para ellos.
Estas preguntas sobre los caminos laborales, surgen en un contexto donde los cursos de vida parecen más inciertos, con muchas más rupturas que antes, y donde el significado de la vida debe edificarse sobre múltiples cambios, incluidos los psicológicos, corporales, materiales, cambios en las interacciones con los demás, en los estados emocionales, en las condiciones de la salud, en los hábitos, en los valores y en los roles de vida.
En un contexto tan liquido y fluido, las personas que nos aconsejan a lo largo de este camino tienden cada vez con más frecuencia a abordar la pregunta del ¿por qué?; es decir, tratan de investigar la contribución de cualquier compromiso, cambio en el trabajo o en otros aspectos de la vida, al significado que nosotros buscamos darle a la vida.
Ademas de estos problemas de “saber qué, quién y por qué”, se centran en considerar si es necesario la realizar una acción en estos procesos de cambio o compromiso, y en un juego de lenguaje en donde cada uno nuestros amigos, padres, parejas o profesores que nos aconsejan contribuyen a conceptualizar nuestro “plan de vida” y se convierten en un “personal life designer”.
Aunado a lo anterior, el hecho de que las sociedades próspera de hoy sean más fluidas, variadas y complejas que hace apenas unas decaída, deviene de que en estas sociedades coexisten diversos modelos culturales, algunos de los cuales son dominantes.
Actualmente, hay una amplia gama de estilos de vida disponibles para ti, algunos de los cuales son más valorados que otros y donde las normas sociales sobre la manera “correcta” de dirigir la vida de uno están más abiertas al desafío que antes.
Así es como nuestras sociedades ya no brindan a sus miembros un conjunto de referentes establecidos e indiscutibles que les permitan saber, de una vez por todas, como dirigir sus vidas.
Al mismo tiempo, no podemos negar la realidad de que nuestras sociedades están centradas en el trabajo, la mayoría de las personas solo pueden ganarse la vida intercambiado su trabajo por una remuneración, y dado que la seguridad laboral ha disminuido, encontrar y conservar un empleo es una preocupación importante para una gran parte de la población.
Por lo tanto, donde el trabajo y el empleo se cruzan, la carrera desempeña un papel crucial en la vida de muchas personas. Además, llevamos a cabo esta labor en organizaciones cada vez más complejas, que requieren de la capacidad de adaptarse a los roles, desarrollar habilidades y construir representaciones sobre nosotros mismos, como son las creencias de autoeficacia y proactividad.
En estos días, ya no se espera que las empresas aseguren el futuro de sus empleados dentro de la organización, así como tampoco se espera que los empleados planifiquemos nuestro futuro dentro de la empresa, lo que significa que las carreras se basan principalmente en decisiones individuales, en particular, en las capacidad que tenemos los individuos para invertir las habilidades con las que contamos, de acuerdo con las oportunidades que podamos identificar.
Esto es precisamente lo que describe Bauman cuando define la “modernidad
liquida” como un mundo en el que los hombres y las mujeres son agentes morales reflexivos que dejan en un mundo incierto, lo que significa que se ven obligados en la cotidianidad de su cotidianidad a contemplar sus inseguridades existenciales. (Bauman, Z. 2012).
Finalmente, como ya se mencionó, las organizaciones flexibles y las sociedades líquidas de hoy no brindan a las personas modelos de vida indiscutibles, lo que conlleva a que los individuos tengan parcialmente que decidir esto por si mismos tomando en cuenta los valores fundamentales y los elementos clave que dan sentido y dirección a su vida, aunque definitivamente como resultado de las interacciones con otros. Por lo cual, lidiar con estas d
ecisiones es ahora una importante tarea de d
esarrollo de nosotros como adultos.
Referencias
Bauman, Z. (2003). Modernidad Liquida
. 1a Edición. Fondo de Cultura Economica. México .pág. 170.
Bauman, Z. (2012). Tiempos líquidos: Vivir en una época de incertidumbre. 1a Edición. Tusquets. México. pág.10
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